Es algo común ver a personas pidiendo dinero en las calles por necesidad, porque no consiguen trabajo, no tienen familia o porque padecen alguna enfermedad que los aqueja y no pueden atenderse por la falta de dinero.
Lo más penoso es ver a personas mayores de edad de 60 ó 70 años pidiendo una colaboración, personas que ya han vivido, que tienen hijos pero que muchos de ellos son rechazadas por sus propias familias o abandonados porque son una carga para ellos.
El estado debería ocuparse de las personas ancianas como en otros países lo hacen y que padezcan de atención médica, hambre y sobre todo un lugar donde vivir.
FOTO: un adulto mayor pidiendo dinero en Girón de la Unión.
FOTOGRAFA: Cynthia Díaz Estela (CYDIES)